
Observamos callados como masacraron a nuestros mayores, y miramos para otro lado por no ver los féretros pasar.
Nos impusieron un secuestro domiciliario, y permanecimos a la espera de que llegaran las 20:00 horas para aplaudir.
Nos impusieron el distanciamiento social, y nos gastamos nuestro poco dinero para mejorar las video llamadas.
Nos impusieron el cierre de nuestros negocios impidiéndonos trabajar, y te resignaste.
Nos impusieron la mascarilla, y te quedaste mudo.
Nos prometieron que era temporal, y cada día esperabas el día siguiente.
Nos impidieron tomar el sol, y agradecías las ventanas de tu cárcel.
Nos impidieron pensar, y te acomodaste en el sillón frente al tv.
Nos impidieron jugar al aire libre con nuestros hijos, y nos convirtieron en sus carceleros.
Nos impidieron el respirar, pasear y abrazar, y nos convirtieron en los policías que denunciaban a sus vecinos y familiares.
Nos prometieron que esto era cuestión de meses, pero se olvidaron que los meses pueden ser años.
Nos prometieron que no iba a doler, y vimos a gente saltar por la ventana por depresión.
Nos prometieron que las vacunas eran seguras y que solo serian aplicadas a nosotros mismos, y la gente no deja de enfermar.
Nos prometieron que esas vacunas habían pasado todos los niveles de seguridad, y ahora somos nosotros los conejillos de indias.
Todo esto y mas, lo has consentido en silencio, quizás por el “síndrome de Estocolmo” que te han inoculado.
Has visto desaparecer a tus ancianos en situaciones inhumanas, sin poder despedirte de ellos ni ellos de ti, en el mas absoluto silencio y abandono.
Nada de lo anterior ha parecido importarte lo mas mínimo.
Has permitido que impidan a tus hijos el jugar, el tirarse al suelo, el mancharse, el relacionarse, el aprender por ellos mismos, les has impuesto una mascarilla impidiéndoles respirar y reír, abrazar y besar a sus abuelos…..
Todo eso has permitido.
Me pregunto si por esas venas oxidadas tuyas corre aun un poco de sangre para impedir que rematen a tus hijos, y detener esta locura.
¿Vas a permitir que EXPERIMENTEN (AUN MAS) con tus hijos?
O bajaras la cabeza y veras desaparecer todo aquello que amas.
REACCIONA!
DESPIERTA!
Los niños SON SAGRADOS.
Los niños NO SE TOCAN.
ABRIL / Fernando PR